Fotografía: Josué Correa / Huelva Información |
"El futuro de los jóvenes es muy preocupante"
(Huelva Información). "Hay que combinar la dignidad del
culto sin dejar de mirar al pobre donde Cristo se nos hace presente".
El obispo de Huelva, José Vilaplana
Blasco, analiza hoy Domingo de Ramos las inquietudes de la Iglesia diocesana y
cómo esta afronta los problemas y retos de la sociedad, como los asentamientos
de inmigrantes o la crisis económica.
-Abordó con la subdelegada del Gobierno el tema de los
asentamientos, ¿en qué se está trabajando?
-La preocupación nace hace varios años, a través de
Cáritas, cuando conozco la información de lo que están descubriendo en los
asentamientos. Entonces es cuando se nos ocurre poner en marcha la Casa de
Santa María de los Milagros. Vimos que nos desbordaba porque es muy complejo y
deben intervenir más instituciones. La impresión es que se está tomando
conciencia de esta realidad y de la situación indigna en la que viven estas
personas, hay preocupación social y estoy seguro de que avanzaremos en esa
línea en la búsqueda de soluciones.
-¿Qué otros problemas de la sociedad le preocupan?
-El futuro de los jóvenes, pienso que hay una
generación de jóvenes muy preparados pero realmente muchos tienen que salir de
su contexto familiar y social para buscar trabajo. Esto les desarraiga y les
desanima mucho. Es un problema que compartimos incluso con el Santo Padre,
cuando tuvimos el encuentro con él los obispos de Andalucía. Me vine con esta
percepción de que el Papa, de los datos que tenía de Andalucía, uno de los que
le preocupaba especialmente es el problema de los jóvenes. Y dentro de los
jóvenes el problema de los nini, ni estudian ni trabajan, porque hace que la
vida tenga un riesgo de frustración demasiado prematuro. El Papa ha convocado a
toda la Iglesia para un sínodo de los jóvenes. También sobre su fe, por su
puesto, nos importa mucho que los jóvenes puedan encontrarse con Jesucristo y
en Él hallen un camino y la motivación de su vida y les ayude a desplegar lo
mejor de sí mismos.
-¿En verdad hemos salido de la crisis?
-En los grandes números quizás sí. Es verdad que se
nota una cierta recuperación en algunas situaciones. Siempre las crisis deja un
grupo de personas muy significativo muy tocadas y que no han salido todavía.
Esto a veces va acompañado de problemas psicológico, depresivos, familiares, y
esto se hace muy preocupante.
-¿Cómo se encuentra el proyecto de la Casa de los
Milagros?
-Se va consolidando, sobre todo en su organización y
en la agilidad de las personas que trabajan, cada día están más preparadas. A
mí me impresionó mucho en la última visita que les ves tan bien ordenada la
medicación, la forma de conectar con la familia y los hospitales. En ese
sentido Cáritas ha hecho una apuesta muy importante, en primer lugar esa casa
no se puede sostener sólo con voluntarios, hay que tener a profesionales,
porque hay que atender las 24 horas del día y los 365 días del año. Pienso que
se está consolidando como un servicio que es muy importante, que atiende a los
últimos de los últimos, que es una expresión que hemos utilizado mucho en esta
Cuaresma.
-Las hermandades realizarán de forma anual una
aportación a la Casa de los Milagros, ¿cómo resulta la acogida?
-La acogida de las hermandades en su conjunto, porque
es una llamada a toda la Diócesis, ha sido positiva. Si es verdad que hubo unos
primeros momentos de inquietud y de interrogantes, cuando se dieron todos los
datos y se explicó, se aceptó bien. Un servicio si se quiere prestar bien debe
contar con un presupuesto. La caridad no sólo ha de ser la espontánea, de una
manera solidaria ante cualquier persona que nos encontremos en una situación.
Debe ser también organizada y comunitaria, hay cosas que sólo podremos hacer en
la medida de que aunemos esfuerzos y que estos se encuentren bien programados.
Esto no quita para nada la libertad que cada persona pueda tener de cara a la ayuda
a otros hermanos.
-¿Cuál debe ser el compromiso social de las
hermandades?
-El de las hermandades, como de todas las
organizaciones de la Iglesia, es tomarse en serio la situación del pobre. Una
hermandad es una asociación de fieles que intenta seguir a Jesucristo, celebrar
su presencia, los cultos en su honor, pero Jesucristo continúa su pasión en los
que el papa Francisco llama la carne sufriente de los pobres. Como decía san
Juan Crisóstomo, no podemos vestir de seda el altar si tenemos al pobre desnudo
a la puerta. Es decir, la hermandad, como todas las organizaciones de la
Iglesia, ha de saber combinar la dignidad del culto con las expresiones propias
que tenemos en nuestro pueblo, pero sin dejar de mirar nunca a esa persona
pobre donde Cristo se nos hace presente.
-Se ha realizado un comunicado conjunto de las
confesiones religiosas en España por las ofensas a los sentimientos religiosos.
¿Qué le parece la alusión de una comparsa de Isla Cristina a la Virgen?
-La comparto completamente, es muy importante porque
no sólo es de la Iglesia Católica, sino de otras confesiones religiosas,
pidiendo respeto a los sentimientos profundos que tenemos los creyentes. La
libertad de expresión nos la tenemos que autolimitar cuando vemos que nuestras
palabras pueden ofender, doler y herir a otras personas. Ante ese gesto
irreverente ante la Virgen, le hicimos llegar a las personas de Isla Cristina
nuestro descontento a través de las parroquias.
-Muchos padres siguen eligiendo los colegios de la
Iglesia para sus hijos.
-Por parte de los padres hay una muy buena acogida
porque todos los colegios católicos normalmente tenemos lista de espera.
Valoran la educación que ofrecen los colegios católicos y los piden libremente.
Los colegios católicos son respetuosos con los no creyentes, que están tratados
con todo respeto. Cuentan con una comunidad educativa motivada y los resultados
son buenos. Esto los padres lo reconocen y de hecho es la valoración más
importante, que los padres sigan apostando por nuestros colegios. Es muy deseable
que no se contraponga con la escuela llamada pública. A mí no me gusta esa
expresión, preferiría la de escuela estatal y de iniciativa social, porque en
una sociedad democrática puede haber estas iniciativas; yo quiero una educación
de calidad para todos, que no quede una persona fuera de una educación de
calidad. Me parece que es bueno que se sepa valorar si tiene calidad la escuela
católica para llevar a sus hijos.
-¿Cómo está el seminario de vocaciones? ¿Cuál es el
perfil del seminarista y las inquietudes del obispo?
-En primer lugar hay un sentimiento de gratitud a Dios
por el número de seminaristas que tenemos y las ordenaciones de este año, que
son las más numerosas que he tenido hasta ahora. El perfil es muy variado,
ahora es una formación muy personalizada, enriquece mucho que procedan de
situaciones, de familias, de lugares, y de formación cultural diferentes; puede
haber un muchacho que haya hecho formación profesional y otro una carrera
universitaria. Lo más importante es, precisamente por esta variedad, que los
jóvenes pueden prepararse para una sociedad muy plural, que pone delante de
nosotros desafíos muy nuevos.
-Se habla del techo de cristal de la mujer, ¿cómo es
su presencia en la Iglesia y en concreto en las hermandades?
-Vivo con mucha naturalidad la presencia de la mujer
en la vida de la Iglesia. La mayoría de las mujeres son las catequistas, que
tienen ese paso tan importante en la transmisión de la fe. En cuanto a las
responsabilidades, dentro del Obispado tienen una presencia muy significativa.
La relación es cordial, respetuosa, diríamos muy natural. Por supuesto, me uno
a lo que se ha dicho de que la mujer sea valorada y remunerada en el mismo
trabajo de una manera igual, que se respete su dignidad y agradezco sinceramente
la colaboración de la mujer en la vida de la Iglesia. Dentro de las hermandades
creo que se va abriendo camino esa presencia de las mujeres y entre nosotros
percibo que se hace con cierta naturalidad. No sé si de cerca hay problemas que
resolver, pero por lo menos yo no soy consciente de que existan en ese sentido.
-¿Qué desea la iglesia testimoniar con esta efemérides
del 525 Aniversario del Voto Colombino?
-Dar gracias a Dios porque muchos pueblos podemos
compartir la misma fe; dentro de este encuentro de estos dos mundos fueron
muchas personas las que llevaron la fe en Jesucristo y la devoción a la
Santísima Virgen, que ha prendido muy bien en aquellas tierras que nos está
devolviendo ahora los frutos. Incluso el papa que tenemos en la Iglesia Católica
procede de ese mundo al que llegó nuestra fe y nuestra lengua. El hecho de que
hablemos la misma lengua y compartamos la misma fe nos da muchas posibilidades
de colaboración mutua.
-¿Qué programa tendrá lugar con ocasión de la
celebración del 25 aniversario de la visita de San Juan Pablo II a Huelva?
-Estamos preparando una solemne celebración
eucarística cercana a la fecha en la que el Papa nos visitó, precedida por un
triduo preparatorio. En el programa, que todavía no está cerrado, se encuentra
el poder venerar la imagen del Papa en la catedral y terminar con una procesión
por nuestra ciudad. Es todavía un proyecto que se está elaborando, en el que se
viene trabajando. Esta efemérides es para dar gracias a Dios porque nuestra
Diócesis ha sido visitada por un Papa santo que ha dejado unos mensajes que
todavía son actuales.
-De estos cinco años del papa Francisco, ¿qué
destacaría?
-El papa Francisco es un regalo de Dios para la
Iglesia, yo me siento muy estimulado por sus escritos, por sus cartas, por su
estilo. No me extraña que la sociedad lo valore porque él se manifiesta sobre
todo como un papa muy sensible al sufrimiento de las personas; en continuación
de los demás papas, yo no contrapongo nunca la figura del papa Francisco. No me
cabe duda de que ha sabido encontrar un lenguaje muy sencillo, muy directo que,
por eso, las personas lo entienden y lo valoran.
"La Semana Santa no se puede reducir a mera afición"
-¿Qué le parecen las medidas de seguridad que se van a tomar para Semana Santa?
-Debemos ser conscientes de los peligros en los que
vivimos en esta sociedad, es normal que se busquen los medios adecuados para
prevenir, pero sin que tengamos obsesión por este tema ni nos quite la alegría
de poder salir con naturalidad a la calle y celebrar nuestras fiestas. Es muy
de agradecer la colaboración de las fuerzas de seguridad.
-¿Las salidas extraordinarias en las hermandades son
muchas? ¿Qué aportan?
-El hecho de que muchas hermandades cumplan ahora el
aniversario del 75 o 50 años de sus imágenes pues hace que todo el mundo lo
quiere celebrar. Es verdad que no podemos abusar de excesivas salidas
extraordinarias porque se pierde el carácter de extraordinario; cuando lo
extraordinario se hace demasiado frecuente pierde relieve y puede resultar excesivo.
La mesura en todo es garantía de poder hacer las cosas bien y nos lo tenemos
que plantear. Se puede plantear que no todas las salidas extraordinarias tienen
que tener los mismos recorridos ni los mismos espacios, se pueden hacer cosas
extraordinarias dentro de los espacios que afecten a cada hermandad. Yo diría
que nos planteemos las cosas en conjunto y no cada uno mirando sólo lo suyo, si
va a ser positivo o no para la ciudad, si va a tener un carácter evangelizador
o no, etcétera.
-¿Se cerraron ya todas las coronaciones canónicas?
-Pensé con mis colaboradores que era bueno crear un
paréntesis, precisamente para garantizar el carácter extraordinario de una
coronación y su adecuada preparación. He tenido el honor de coronar a cinco
imágenes y he pensado que ahora lo mejor era dejar un compás de espera.
-¿Se podrán convertir las hermandades en una afición?
-El peligro está ahí y es bueno tomar conciencia de
ello para poder decir que la Semana Santa si perdiera su raíz perdería su
esencia y esto pienso que sería malo para todos. Un árbol sin raíz se muere.
Una Semana Santa sin devoción, sin fe, estaría condenada a reducirse a otra
cosa. No se puede hacer de la Semana Santa una pura afición. Eso sería
degradarla, minusvalorarla, devaluarla. Hay algunas personas que están
intentando meter eso.
-Cuando llega la Semana Santa se habla de economía,
turismo y hoteles ¿y lo religioso?
-Son dimensiones que están ahí, que no podemos olvidar
porque no pueden tomar el protagonismo ni sustituir a lo que es la vivencia más
profunda de la Semana Santa, porque si no la reduciríamos a simple espectáculo
y eso no hay ningún cofrade serio que lo acepte.
-¿Las redes sociales son instrumentos de divulgación o de discordia cofrade?
-Todos los medios dependen de cómo los utilicemos para
que promuevan el bien o creen confusión. Creo que es un buen medio en principio
que podría dar pie a una buena comunicación, pero utilizarlas para una crítica
permanente o poco fundamentada o crear murmuraciones realmente pienso que no es
eso. El papa Francisco ha dicho que estas cosas pueden ser como una carcoma.
Utilicemos bien los medios porque para eso están.
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