La discapacidad y la enfermedad nos empujan a caminar hacia la Sociedad de los Cuidados.
La arqueóloga inglesa Penny Spikins ha investigado diversos casos de
sociedades originarias en los que las personas con discapacidad o
enfermas tenían un lugar privilegiado. Se las cuidaba y eso formó un
tipo de sociedad que permitió la aparición de la humanidad. Lo cuenta en
su libro Cómo la compasión nos hizo humanos.
La enfermedad, la dependencia, la ancianidad o la vulnerabilidad no
solo nos llaman a ayudar, sino que nos acercan al centro de la condición
humana. Nos descubren, como comunidad, que todos somos vulnerables y
que en un momento u otro vamos a necesitar ayuda. En realidad, toda
nuestra vida dependemos de los otros. Desde esta constatación y otros
ámbitos feministas y ecologistas, ha ido surgiendo el paradigma de la
Sociedad de los Cuidados. Este paradigma nos invita a reconstruir una
sociedad mucho más humanizada no solo desde nuestras potencias sino
también desde la perspectiva de nuestras debilidades. Una sociedad que
trata así a la gente y la naturaleza se humaniza y progresa.
En una sociedad de los cuidados no es suficiente solo con investigar
las enfermedades o cuidar a las personas vulnerables, sino que estas
deben jugar un papel importante y participativo en el ámbito público.
Ahora mismo, están excluidas del mismo –empezando por la falta de
accesibilidad–. Estamos acostumbrados a verlas solo en las
Paralimpiadas, o cuando han logrado superarse en algo grande; a veces
son noticia lamentablemente porque dicen querer poner término a su vida.
Pero esa no es la realidad de millones de familias. Como las personas
con discapacidades o enfermedades crónicas no pueden estar
suficientemente presentes y participantes en la vida pública, se
minusvalora no solo su aportación a la sociedad sino el propio sentido
de su vida y su dignidad. Esta ocultación nos lleva a hacernos la
imagen, falsa, de vivir un mundo de superhombres en el que el fracaso,
la enfermedad, la vulnerabilidad o la muerte no existen. Y una sociedad
así toma sus decisiones en la línea de la cultura del descarte que el Papa ha denunciado.
Fernando Vidal |
Fernando Vidal. Director del Instituto Universitario de la Familia. Universidad Pontificia Comillas
> Ejemplo del periodista Carles Capdevila sobre la sociedad de los cuidados. Cuidar es mucho más que curar: “El tiempo que me quede como periodista lo quiero dedicar a estos héroes: las personas que cuidan de las personas, las que llamo “personas-personas”. Personas que se dedican a ser personas y cuidar personas” (Discurso de recogida del Premio Nacional de Comunicació. Barcelona, 14/11/16).
Carles Capdevilla |
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.