El Papa
Francisco está dejando una huella en el mundo. El 20 de
noviembre de 2016 nos regaló “Misericordia et misera”. Estas 11 citas son una ayuda para leer y difundir el texto.
1. La misericordia no puede ser un paréntesis
en la vida de la Iglesia, sino que constituye su misma existencia, que
manifiesta y hace tangible la verdad profunda del Evangelio.
2. Ninguno de nosotros puede poner condiciones a la misericordia; ella será siempre un acto de gratuidad del Padre celeste, un amor incondicionado e inmerecido.
3. En una cultura frecuentemente dominada por la técnica, se multiplican las formas de tristeza y soledad en las que caen las personas, entre ellas muchos jóvenes.
En efecto, el futuro parece estar en manos de la incertidumbre que
impide tener estabilidad. De ahí surgen a menudo sentimientos de
melancolía, tristeza y aburrimiento que lentamente pueden conducir a la
desesperación.
4. Hemos celebrado un Año intenso, en el que la gracia de la misericordia se nos ha dado en abundancia. Como un viento impetuoso y saludable, la bondad y la misericordia se han esparcido por el mundo entero.
5. Ahora,
concluido este Jubileo, es tiempo de mirar hacia adelante y de
comprender cómo seguir viviendo con fidelidad, alegría y entusiasmo, la riqueza de la misericordia divina.
6. En
la proclamación de las lecturas bíblicas, se recorre la historia de
nuestra salvación como una incesante obra de misericordia que se nos
anuncia. Dios sigue hablando hoy con nosotros como sus amigos, se «entretiene» con nosotros.
7. Qué tristeza cada vez que nos quedamos encerrados en nosotros mismos,
incapaces de perdonar. Triunfa el rencor, la rabia, la venganza; la
vida se vuelve infeliz y se anula el alegre compromiso por la
misericordia.
8. Para que ningún obstáculo se interponga entre la petición de reconciliación y el perdón de Dios,
de ahora en adelante concedo a todos los sacerdotes, en razón de su
ministerio, la facultad de absolver a quienes hayan procurado el pecado de aborto.
9. Tenemos un gran reto que afrontar, sobre todo en la cultura
contemporánea que, a menudo, tiende a banalizar la muerte hasta el punto
de esconderla o considerarla una simple ficción. La muerte en cambio se ha de afrontar y preparar como un paso doloroso e ineludible, pero lleno de sentido.
10. Termina el Jubileo y se cierra la Puerta Santa. Pero la puerta de la misericordia de nuestro corazón permanece siempre abierta,
de par en par. Hemos aprendido que Dios se inclina hacia nosotros (cf.
Os 11,4) para que también nosotros podamos imitarlo inclinándonos hacia
los hermanos.
11. La
cultura del individualismo exasperado hace
que se pierda el sentido de la solidaridad y la responsabilidad hacia
los demás. Dios mismo sigue siendo hoy un desconocido para muchos;
esto representa la más grande de las pobrezas y el mayor obstáculo para
el reconocimiento de la dignidad inviolable de la vida humana.
Roberto Benigni, director de la película La vida es bella: “Desconfía de quien no sabe reír, porque no sabe qué es la Misericordia".