Ver, juzgar y actuar. Esta es la metodología de este movimiento de Iglesia en salida que además de profundizar sobre los retos de las parroquias y los laicos hoy en la proclamación del evangelio de Jesús, contará con el respaldo de 21 obispos, entre ellos el Cardenal Blázquez, presidente de la Conferencia Episcopal Española.
María Gismero, de la diócesis de Alcalá, nos cuenta, en plena andadura, los objetivos de esta Asamblea y lo que significa ser joven y católico hoy en día.
Potenciar el laicado, reinventar la parroquia
La Acción Católica anima a las parroquias a repensarse para ganar en cercanía a las personas y en eficacia evangelizadora. El Encuentro de Laicos de Parroquia que acogió Santiago del 3 al 6 de agosto aportó instrumentos para una renovación del papel del laicado y de la propia parroquia. La ACG española trabaja con los obispos en unas líneas de actuación en línea con la «conversión pastoral» que impulsa el Papa Francisco. La ACG aspira a transformar la dinámica de las parroquias, ofreciendo itinerarios de acompañamiento y formación a los laicos e impulsándolos a la misión, en forma de compromiso en el barrio, en el trabajo, en la política... La parroquia se concibe como epicentro de una Iglesia en salida que busca «sin miedo» el diálogo con la sociedad, como pedía el Papa a la AC italiana a finales de abril. «Todos tienen derecho a ser evangelizadores». La renovación implica una conversión personal y un cambio de actitudes. La ACG animó desde Santiago a repensar qué están haciendo y cómo, para ganar en cercanía a las personas y en eficacia evangelizadora. Está también la propuesta de que cada parroquia tenga su grupo de AC, similar al de Cáritas. Se trata de darle al apostolado seglar el protagonismo que los tiempos demandan. Pero para que este proyecto realmente salga adelante hará falta después el apoyo decidido de los obispos y los párrocos.
Un proyecto de acompañamiento en las parroquias – Acción Católica General
La Acción Católica General es una asociación laical creada por la propia Iglesia para la evangelización de las parroquias, y tiene como vocación anunciar a Jesucristo a todas las personas, colaborando en la maduración cristiana de quienes dan sus primeros pasos en la fe y en la vida de la Iglesia. Establece en las parroquias una propuesta estable y articulada para el laicado de todas las edades (infancia, jóvenes y adultos), y todo ello en estrecha vinculación con el obispo y la Iglesia particular.
Está compuesta por laicos de las parroquias, que se configuran en torno a Grupos de Vida donde el papel del acompañante es clave. Tratan de poner a Cristo como centro de sus vidas, en clave misionera, y es un medio para promover una profunda espiritualidad, una sólida formación cristiana, un acompañamiento maduro y una clara identidad eclesial que posibilite que el laicado se sienta preparado y sea consciente de su misión de anunciar a Jesucristo en el mundo.
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