sábado, 30 de septiembre de 2017

Decir “sí” con el corazón

Eucaristías en domingo 
Domingo 26 del T.O.-Ciclo A
+ Aljaraque: Diario, Sábado y Domingo: a las 19,30 h. en NS de los Remedios. Desde el lunes 2 de octubre.
Domingo: 12 h. en Iglesia de San Agustín. Desde el domingo 8 de octubre.
+ Bellavista: Sábado y Diario (19 h), Domingo (12,30 h). Desde el 30 de septiembre.
+ CorralesDomingo (11 h)
Decir "sí" con el corazón
Somos duros de cerviz y, por más indicaciones que recibimos, no acabamos de enterarnos de que estamos invitados a trabajar en la viña del Reino. Aunque llama la atención –o quizá hoy no tanto- la desfachatez y el comportamiento inadecuado del primer hijo con su padre, lo que interesa en la perspectiva de esta parábola es que fue a la viña y trabajó, es decir, que cumplió con su voluntad.
Esto indica que exteriormente puede parecer que estemos unidos al Evangelio y, en verdad, esta no sea una opción radical en nuestra vida. Recordemos las críticas de Jesús a los fariseos que eran especialistas en dar el “sí” a Dios y luego vivían enmascarados en su hipocresía.
Revisemos nuestra vida y corrijamos, personal y comunitariamente, tantos condicionantes que nos impiden con valentía asumir el trabajo del Reino. Lo que importa es ir a la viña y estar abrazados a Cristo. Si encima lo hacemos sin protestar, mucho mejor.
Para seguir a Jesús hay que decir SÍ con el corazón y no con la boca. El  no sale del egoísmo sino de la disponibilidad para el Reino.
Amemos, con valentía y con entrega, en silencio y continuamente. Que estemos tan volcados en amar, Señor, que no nos demos cuenta de que el amor es una tarea. ¡Feliz curso 2017/18!
La fe no se posee. Se vive.

Nuestra relación con Dios es muchas veces parecida a la de estos dos hijos. A veces formulamos con firmeza buenos propósitos y luego nos cuesta cumplirlos: somos entonces como el primer hijo. Otras veces, escuchamos la voz de Dios y le contestamos de forma reacia, aunque después vayamos cumpliendo lo que nos inspira: somos como el segundo hijo. Somos conscientes de que estamos llamados a ser como el Hijo por excelencia, como Jesús.

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