sábado, 21 de octubre de 2017

¿En la cuerda floja? - DOMUND 2017: Misioneros valientes

Eucaristías en Domingo 
Domingo 29 del T.O.-Ciclo A
DOMUND. Sé valiente, la misión te espera. 
+ Aljaraque: Sábados y Domingos: 19,30 h. en NS de los Remedios.
Domingos: 12 h. en Iglesia de San Agustín.
+ Bellavista: Sábados y diaria:19 h. Domingos: 12,30 h.
+ CorralesDomingos: 11 h. Miércoles, jueves y sábados: 19,30 h.
¿En la cuerda floja?
¿A quién te vendes? ¿A quién nos vendemos? ¿A Dios? ¿Al “César, dinero, comodidad- placer-egoísmo”…? ¿De quién es nuestro corazón? ¿Del Padre que rodea al mundo con el amor del Hijo? ¿O del peso de lo que ata y no nos deja ser nosotros mismos? El Padre posee la capacidad de mirada más amplia y acogedora que podamos imaginar.
El que vive colmado por el “dios” dinero u otros “dioses”, no puede mirar, porque su codicia se lo impide. El dinero impide una mirada generosa, que es a la que nos lanza continuamente el banquete de la eucaristía.
Hay que mantener un equilibrio, pero el amor y Jesús siempre han de estar por encima. A Jesús lo ponen en la cuerda floja, él debe mantener un equilibrio pero sitúa por encima el amor. Esa ha de ser también nuestra ubicación, nuestro lugar en el mundo.
En este día del DOMUND ampliemos nuestra mirada a la realidad que nos ofrece el testimonio de tantos misioneros y misioneras en todo el mundo. San Damián el misionero de la isla de enfermos de lepra en Molokai, nos invita a olvidar al César y reconducirnos: “Pongámonos en las manos de Dios, como instrumentos en las manos del obrero. En la vida o en la muerte, seamos siempre de Jesús”.
Alentados por el testimonio y la intercesión de los santos misioneros, dediquémonos con pasión a ofrecer con generosidad los dones que hemos recibido.
Héroes
A veces, en nuestra vida pueden surgir conflictos similares al que presenta el evangelio de hoy (puedo pensar en las cosas y situaciones que me alejan de la vivencia de la fe, que dividen mi corazón). En positivo, reflexiono sobre lo que en mi vida es regalo de Dios (en realidad, ¿hay algo en mí que no haya sido don?). Hoy puede ser un buen día para reconocer a Dios lo que es suyo, haciendo un «inventario» de sus dones en mí. Y para después agradecerle todo ocupándome de las tareas del Reino.

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